Las nuevas tecnologías están presentes en nuestras vidas prácticamente 24 horas y en la totalidad de las áreas funcionales de las personas, ya que las utilizamos para todo; y su fácil acceso y disponibilidad hacen que, si quisiésemos, podríamos estar permanentemente conectados a una u otra pantalla durante todo el día.
Como padres, es frecuente que nos quejemos de que nuestros hijos, especialmente en la adolescencia pero cada vez más también en la infancia, sólo piensan en conectarse al móvil o enchufarse a un videojuego pero, ¿y nosotros? ¿Nos hemos parado a pensar cuantas pantallas tenemos en casa? ¿Cuántas veces revisamos nuestras redes sociales? ¿Cuanto tiempo total del día le dedicamos a estar conectados a una pantalla, ya sea con el móvil, ordenador, tablet o televisión? Posiblemente si empezamos a sumar y echamos cuentas, muchos de nosotros nos asustaríamos y no nos parecería tan extraño que nuestros hijos sólo piensen en conectarse. Por eso, en un post anterior ya hablamos de las señales de alerta ante una posible adicción tecnológica. En esta ocasión, veremos también las estrategias (recomendaciones) para prevernir esa adicción.
El ritmo acelerado que llevamos en nuestro día a día hace que utilicemos las nuevas tecnologías para poder llegar y acabar con todas nuestras responsabilidades y tareas diarias, haciendo un uso inadecuado con frecuencia. No resulta raro dejar a los niños conectarse a la televisión, un videojuego o el móvil, con tal de que nos dejen acabar de mandar un mail del trabajo, terminar una llamada de teléfono u organizar un poco el desorden de casa que tenemos. Esto que en principio no tiene por qué ser un problema si se hace de manera puntual. Pero puede llegar a convertirse en un arma de doble filo si se abusa de las nuevas tecnologías como forma de entretenimiento o distracción.
Como ya hemos comentado en otras publicaciones, para llevar a cabo una buena educación tecnológica y ayudar a nuestros hijos en un crecimiento digital saludable, resulta fundamental ofrecerles un modelo coherente de uso y relación con las nuevas tecnologías. Teniendo en cuenta además que la familia es el principal entorno de socialización y aprendizaje esto se torna aún más esencial y prioritario.
Como padres y principales figuras educativas en la vida de nuestros pequeños, tenemos la tarea de facilitar en nuestros hijos el aprendizaje de habilidades de relación, conducta y comunicación saludables que integren a su vez un uso responsable de las nuevas tecnologías, para ello, desde Levanta la Cabeza de FunSalud, proponemos las siguientes recomendaciones:
- Limitar el uso de los dispositivos electrónicos, controlar los contenidos, establecer espacios comunes para su uso que faciliten la interacción familiar y delimitar los tiempos de conexión según la edad. En el artículo enlazado más arriba hay más información sobre las edades recomendadas.
- Fomentar actividades y espacios que supongan relación directa con otros niños, adolescentes o adultos. Animar a nuestros hijos a salir al parque, a asistir a cumpleaños, a jugar con otros niños en espacios cara a cara y a participar en actividades grupales.
- Igualmente, dentro de la familia, buscar momentos libres de pantallas para CONECTAR CON NUESTROS HIJO y fomentar el diálogo, compartir conversaciones, risas, inquietudes y miradas. Para ello, buscar planes para hacer juntos, juegos grupales y respetar momentos como las comidas para convertirlos en espacios libres de pantallas, así se promoverá el aprendizaje de habilidades sociales de comunicación, valores, hábitos y sobre todo, vínculo, que es la base de un adecuado desarrollo global de la personalidad y garantía del bienestar psicológico futuro. Esto ya lo hemos comentado en profundidad en este post sobre cómo influye el uso excesivo del móvil en el vínculo y apego seguro con nuestros hijos.
- Ofrecer actividades de ocio alternativas al uso de pantallas potenciando aficiones tales como la lectura, el cine u otras actividades culturales que ayudan a desarrollar la capacidad reflexiva.
- Estimular la participación en actividades deportivas o en equipo que fomenten un estilo de vida activa y alejada del sedentarismo. Igualmente facilitarán la interacción con iguales, la resolución de conflictos, actitudes colaborativas y el establecimiento de modos de relación presenciales y no virtuales.
Queremos acabar esta publicación con una frase que invite a la reflexión, y que dice así: “La vida es eso que va pasando mientras miramos detrás de las pantallas”, para que pensemos en lo que cada uno de nosotros nos estamos perdiendo, y sobre todo, a quienes podemos perder.
Marta Vicente Álvarez | Psicóloga especialista en psicoterapia con niños, adolescentes y adultos.
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